Le puede pasar a cualquiera, incluidas las mejores organizaciones.
A veces, la única forma de avanzar es dejar ir a un cliente si las cosas no salen como se esperaba.
Puede haber muchas razones que conducen a una decisión como esta, como clientes exigentes, expectativas poco realistas e incluso no tener tiempo para trabajar en los proyectos de ese cliente.
Cuando decidas que tu energía y tiempo no valen la pena para seguir trabajando, lo mejor es que ambas partes sigan su propio camino.
Existe una buena posibilidad de que, si estás experimentando problemas, tu cliente también sienta algo así.
Sin embargo, dejar ir a un cliente no significa que tengas que ser poco profesional. De hecho, ¡también se puede hacer de una manera honesta y profesional!
Cuáles son los clientes que hay que dejar ir
Puede haber muchas razones que pueden obligar a una empresa a dejar ir a un cliente.
Aunque para cualquier negocio los clientes son muy importantes, en ocasiones hay clientes con los que no se puede avanzar, no representan un aporte positivo para la organización y vale más la pena dejarlos ir.
Estos son algunos de los clientes que hay que dejar ir:
Clientes excesivamente exigentes
Aunque sabemos que el cliente tiene todo el derecho a solicitar un buen producto y servicio, en ocasiones hay clientes que llevan esa exigencia a límites con los que no se puede trabajar.
Clientes con expectativas poco realistas
Pueden llegar a demandar cosas imposibles de cumplir, como por ejemplo que prestes un servicio en un tiempo muy corto que no puedes cumplir.
El clásico cliente que quiere el trabajo para ayer. Y tal vez no siempre estés en capacidad de cumplir expectativas que no son compatibles con la realidad.
Clientes que no pagan
Un negocio se sustenta con clientes que paguen, así que alguien que no va a pagar o que no quiere pagar lo que un producto o servicio vale verdaderamente, no es el cliente que necesita tu negocio.
Clientes con los que no puedes cumplir
Puede darse la situación de que no puedas atender a un cliente porque está fuera de tu zona de despacho, o porque no puedes cumplir con sus plazos de entrega.
En este caso, tendrás que dejarlo ir.
Clientes que hay que dejar ir: Cómo hacerlo
Ahora que ya sabes que hay clientes que tienes que dejar ir, queda conocer cómo hacerlo de forma profesional.
Sé honesto
Si no puedes cumplir con un plazo, o no puedes aceptar las condiciones, o el precio que quiere pagar el cliente no se ajusta a lo que tú quieres, lo mejor es ser honesto y decir que no puedes aceptar el trabajo o vender el producto.
El primer paso es tener una conversación honesta con el cliente y decirle la verdad de una manera profesional.
Lo mejor para el cliente
Cuando hables con un cliente sobre cortar lazos, debes expresar que tu intención es lo mejor para el cliente.
Una vez que expreses la situación en un contexto que demuestre que cortar los lazos también es lo mejor para el cliente, entonces todo el proceso será mucho más sencillo.
De hecho, incluso puedes evitar que suceda cualquier situación potencialmente mala, que pueda dejar una mala impresión de tu marca en la mente del cliente.
Cláusula de rescisión
Al redactar un contrato, especialmente cuando se trata de prestar un servicio o un contrato por una obra determinada, asegúrate de incluir también una cláusula de rescisión.
Tener esta cláusula te facilita comenzar a hablar sobre salir del acuerdo si las cosas no van bien.
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